No importa que sean organizaciones o personas particulares, gente corriente, periodistas, políticos e incluso obispos. El Yunque ataca a quienes no le siguen el juego.
Ejemplos no faltan en ninguno de los casos mencionados. Pero aquí nos centraremos en analizar únicamente el patrón seguido en cada uno de ellos:
Personas particulares
Cada vez hay más gente concienciada del daño que hace El Yunque a la Iglesia y al asociacionismo con valores cristianos. Por ello, no es extraño encontrar que muchas personas -en su mayoría antiguos colaboradores- de sus asociaciones pantalla rechacen públicamente peticiones de apoyo.
El ataque en estos casos se centra en la descalificación. Se les dice que si se niegan a colaborar serán responsables del avance del mal. Pretenden hacerles sentirse responsables de la división creada por El Yunque.
¿Cuál es la finalidad de este tipo de ataque? Muy simple, que la persona se sienta mal, considere que peca por omisión y se avergüence de difundir informaciones sobre El Yunque.
En aquellas ocasiones en que las críticas de estas personas, por su contundencia e irrefutabilidad les resultan muy perjudiciales recurren a las amenazas, en algún caso incluso de muerte, y avisos a modo de sabotajes.
Periodistas
Este punto se abordó en la entrada 3+1 tácticas de El Yunque para controlar a la prensa. Aquí nos centraremos en el punto cuarto del citado post.
Además de los ataques del apartado anterior, se presiona al medio de comunicación, amenazando con acciones legales. En otras ocasiones, se desprestigia al periodista con informaciones falsas. A ello se suele sumar la exigencia de rectificación de informaciones veraces, imponiendo la publicación de desmentidos con verdades a medias y con medias mentiras.
Buscan cualquier imprecisión -muchas veces solo aparente- para invalidar la totalidad de los trabajos del periodista, o encasillarlo en ideologías contrarias a los valores cristianos.
Políticos
Que se ataque o no a un político no depende tanto de su ideología como de lo complaciente que sea con ellos. Por ello encontramos políticos del mismo partido, en líneas muy similares, unos apoyados y otros acosados por El Yunque.
Unos políticos son atacados por no coincidir con sus ideas, otros por no querer seguir los dictados de terceros ni someterse a El Yunque.
Para presionar a éstos políticos organizan manifestaciones, difusión de propaganda por diferentes medios y concentraciones, en ocasiones con disfraces o reparto de objetos simbólicos en relación con la protesta.
Otras veces el ataque va más allá, y se convierte en toda una campaña que puede durar meses, incluso años, y costar cientos de miles de euros.
Obispos
Cuanto mayor es la preocupación de un obispo por mantener limpia de El Yunque su diócesis, mayor es la probabilidad de que reciba ataques.
Estos ataques no suelen ser directos, sino canalizados por medio de los medios de comunicación que ellos controlan.
Tratan de encasillar al obispo en posiciones ideológicas de izquierdas, próximas a la Teología de la Liberación y/o modernistas.
Los puentes que puedan tender para acoger a los alejados de la Iglesia son manipulados y mostrados como desviaciones doctrinales. Los actos de misericordia con quienes atacan a la Iglesia son presentados como muestra de debilidad ante el laicismo en lugar de como cumplimiento del mandato evangélico de perdón a los enemigos.
Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.