El Yunque es rápido en sus actuaciones. Mucho más que cualquier asociación que defiende lo que aparentan defender las asociaciones de El Yunque. Es lógico. Tienen personas a sueldo que se dedican a buscar oportunidades de actuación y a acapararlas. Es su negocio. Pero pese a tener una plantilla numerosa, El Yunque se precipita. No puede permitir que otro se le adelante.
En otras ocasiones hemos comentado los problemas que supone apoyar iniciativas de El Yunque. También hemos abordado su ineficacia y los intereses ocultos que persiguen. Ahora toca analizar otro tipo de consecuencias: los efectos secundarios de las actuaciones precipitadas de El Yunque.
En cuanto los empleados de sus asociaciones –unos pertenecientes a El Yunque, otros no-, reciben aviso de que se está realizando alguna acción que pueda causar enfado entre los católicos, ponen en marcha la maquinaria. Si estos hechos, además, pudieran ser constitutivos de delito, en pocas horas inician acciones legales. Así aseguran acaparar la atención mediática y el apoyo de quienes no saben cómo canalizar su malestar.
En un análisis superficial y obviando los inconvenientes otras veces mencionados sobre las iniciativas de El Yunque, puede parecer una tarea loable.
Pero dice la sabiduría popular que la prisa no es buena consejera. Este refrán viene como anillo al dedo para el caso que nos ocupa.
La premura en la elaboración de los escritos de los abogados de El Yunque hace que su fundamentación no sea todo lo sólida que debiera. Dejan flecos mal atados, o directamente dan un enfoque equivocado.
Esto, en primer lugar, lleva a la derrota judicial, pero este no es el mayor problema. Habrá quien piense que, al menos, lo han intentado, y que entre no hacer nada y perder, es preferible arriesgar.
Puede parecer así, pero no podemos obviar que las acciones precipitadas de El Yunque van dejando un historial de sentencias desfavorables, especialmente en el campo de la libertad religiosa. Ello hace más difícil ganar futuras demandas por hechos similares. Es decir, cuando El Yunque se precipita, pierde el bien común y ganan los enemigos de la Iglesia.
Texto revisado por Francisco de Asís.
Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.