Errores frecuentes sobre El Yunque: «hay que hacer algo, y yo solo firmo»

🗓️febrero 18, 2016 |

Ya hemos hablado con anterioridad de errores frecuentes sobre El Yunque. Concretamente del pensamiento generalizado de considerar que, como lo que hacen es bueno, hay que apoyarlos.

Mucha gente ha superado ese paso. Confío en que usted, estimado lector se encuentre en este grupo. Sino, tranquilo, le esperamos.

En esta ocasión abordaremos otro error frecuente con el que seguramente se habrá encontrado sin saber cómo responder. Cuando alguien dice “no apoyo la campaña porque está organizada por El Yunque” la respuesta suele parecerse a esta: “serán de El Yunque, pero por lo menos hacen algo. No podemos quedarnos parados”.

Ciertamente hacen algo. Es más, hacen mucho. Son muy rápidos. Pero ¿hacer algo es lo mismo que hacer el bien?

Firmar en una campaña de petición de apoyos puede parecer una manera fácil de parar el mal, pero no siempre lo es. En la mayoría de ocasiones no pasa de ser una manera de autoengañarse para calmar la conciencia y decirse “he hecho algo, puedo dormir tranquilo”, como quien da unos céntimos al mendigo que le pide, sin reparar en si con eso le ayuda o no.

Sin embargo, rellenar un formulario de alerta promovido desde El Yunque, lejos de tranquilizar la conciencia debería inquietarla.

Debería hacerlo por tres razones:

  1. El modo de actuar del lobby que recibe la firma es agresivo en sus formas, generando rechazo en quien debería cambiar de actitud o tomar medidas.
  2. Con el respaldo a la campaña se apoya a la organización que la promueve, dándole difusión, respaldo social, y posterior legitimidad moral para representarnos en el futuro. Y muchas veces se valen de este prestigio para promover acciones de captación de jóvenes. Estos efectos, al no ser inmediatos, se suelen obviar, pero no por ello pierden importancia.
  3. Eclipsa otras acciones -como mensajes de obispos, que hasta llegan a ser cuestionados- que emplean métodos pacíficos, acordes con el cristianismo y -por si fuera poco- más eficaces.

Por tanto, si firmar aleja el objetivo deseado, alimenta a una sociedad secreta anticristiana (así define a El Yunque D. Luis Santamaría del Río, experto en sectas de la CEE, en el prólogo del último libro de Santiago Mata) y eclipsa las acciones que podrían dar frutos ¿qué se gana con ello?

Ahora seguramente piense: “¿Y qué hacemos? ¿Dejar que el mal campe a sus anchas?”. Claramente no. Cada uno, en la medida de nuestras posibilidades, debemos tratar de hacer el bien e impedir el mal, pero esto no se logra aliándose con el mal.

En unos casos será rezar, en otros también protestar por las redes sociales, concentrarse, manifestarse, también recoger firmas ¿Por qué no? Pero siempre empleando medios moralmente lícitos y tácticamente eficaces. Lo que no sucede con las iniciativas de El Yunque, como puede verse en la historia reciente de España.

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José Luis N. Quijada

Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.

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