‘Si quieres obtener relevancia social, crea violencia’. Es una regla de oro en ciertas líneas de comunicación. Su exponente más claro lo vimos en el movimiento, ya casi extinguido, del 15M. Es usado en las manifestaciones antisistema. Estos grupos resultan fortalecidos en la confrontación. Pero la imagen de quien recurre abiertamente a este medio queda muy dañada.
Otra regla de oro, esta vez de la sabiduría popular, dice que ‘quien se enfada pierde la razón’. El que usa malas formas para defender sus ideas, pierde toda credibilidad. La gente, en estos casos, tiene la tendencia a ponerse de parte de la víctima.
Pero, qué pasaría si combinamos éstos dos ingredientes: que exista violencia, que la ejerzan otros y de regalo nos llevamos una tercera, ser víctimas.
Desde un punto de vista comunicativo suena interesante, ¿no? Desde luego no es nada ético, pero no olvidemos que si se parte de la premisa errónea de que “el fin justifica los medios”, ¿dónde está el problema?
Lo miembros de El Yunque están formados en esta maquiavélica destreza. Saben que entre la izquierda radical, laicista y pro aborto existen muchos grupos con tendencia violenta (en palabras, obras e instrucciones). Justo lo que necesitan para ser mártires. Si hay varios sitios entre los que elegir para concentrarse, el más idóneo será el más próximo a los radicales. Si hay que dar una conferencia, mejor junto a los radicales.
Siempre es bueno que algún energúmeno se cuele en la sala para boicotear el acto o que una contramanifestación consiga que lo cancelen.
No me malinterpreten. En ningún momento estoy defendiendo a los individuos violentos o boicoteados. Ni comparto sus ideas ni acciones. Tampoco justifico sus reacciones, ni hago responsable a nadie más que a ellos (y a quienes los manipulan) de sus actos. Simplemente afirmo que El Yunque se ve reforzado por ellos, intenta estar presente en la polémica para ser las únicas víctimas. Así salen reforzados.
Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.