Una característica de El Yunque es su enorme carácter simbólico. Los cantos, banderas, rituales, festividades, uniformes, etc. están muy bien definidos y son respetados en todo momento. El juramento de ingreso en El Yunque es un claro ejemplo de ello.
En esta entrada vamos a ver alguno de los principales elementos del rito de iniciación de ésta sociedad.
Un “Pre” (o candidato), una vez aceptado para integrarse en El Yunque, es citado en un lugar concreto, a una hora determinada. Generalmente tiene entre 15 y 18 años. Debe acudir solo, vestido con ropa de calle, pero portando el uniforme que se pondrá para el ritual.
En el lugar del juramento, en ocasiones el domicilio del que será su jefe, se cambia de ropa. Con camisa blanca, zapato, pantalón y corbata negros es conducido a la sala donde tendrá lugar su ceremonia de ingreso.
Se trata de un espacio bien aislado para evitar que los gritos y cánticos militares sean escuchados fuera.
En el interior es esperado por un reducido grupo de personas. Su jefe directo está entre ellos. Todos llevan el uniforme, al que se añade un brazalete con el logotipo de El Yunque que rodea el brazo izquierdo.
La luz es muy tenue. Las persianas están bajadas. La decoración apenas se distingue. Los que presiden se sitúan ante una mesa tapada por un mantel con diferentes signos. Sobre ella, Una imagen de la Virgen con un Rosario liado alrededor de el cuello. A los lados, sendos porta velas, sostienen los cirios que iluminan el recinto.
Al fondo hay dos banderas, la de España (o la del país en que se encuentren) y la de El Yunque (negra con un circulo blanco sobre el que está pintada una “Y” con una barra horizontal en la parte media-inferior, formando una especie de cruz invertida abierta en la parte de arriba). Ex miembros manifiestan su duda sobre si la cruz de la sala era normal o tenía algún símbolo masónico.
Cuando el iniciado se encuentra en el interior, es colocado en el centro por su jefe. Rezan las “oraciones orgánicas”, asignan un seudónimo al nuevo miembro y éste, que recibe un papel con el texto escrito, recita un juramento dialogado. El documento es firmado por el nuevo miembro y por algunos de los que lo acompañan que actúan en calidad de testigos.
La incorporación del nuevo miembro se celebra brindando con vino. Por último se reza una oración y se abandona el lugar tras algo menos de media hora de ceremonial.
Los asistentes deberán salir a la calle poco a poco, como entraron, para no levantar sospechas sobre la reunión.
Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.