El joven Y, del que ya le he hablado en entradas, ¿recuerda? ¡Exacto, aquel chico de 16 años amigo de Z, quienes colaboran con la asociación pro vida XX! Veo que ya saben algunas cosas sobre él, pero nunca les he dicho cuáles fueron sus comienzos en XX.
Al igual que su amiga estaba muy contento. Cosechaban más y más éxitos que, por supuesto eran mérito suyo y sólo suyo. Frutos de su capacidad y esfuerzo. Nuestro chico está tan entusiasmado que daría cualquier cosa por alcanzar más metas. Siempre lo felicitan sus jefes y su ego crece sin parar. Hace todo lo que le piden. Algunas cosas piensa que son un poco exageradas, como hacer pintadas en la sede de determinado partido político, pero “es por una buena causa” y obedece.
Tras pasar todas las pruebas, en forma de responsabilidades que había tenido en la asociación, deciden admitirlo en El Yunque. Ha sido elegido y le dan cita en un lugar determinado. Debe llevar el uniforme para el juramento.
Las últimas semanas no han dejado de repetirle lo fantástico que es, lo bien que lo hace todo. ¡Ha sido “elegido”! Por eso debe dar el paso de integrarse en la “casta” de aquellos a los que Dios llama – dicen –, para «instaurar el reinado de Cristo en la Tierra».
Sin embargo, no rezan antes de ponerse a trabajar. Si lo hacen, es sólo de manera simbólica (Rosario de rodillas en 10 minutos…). Quieren hacer la voluntad de Dios, pero sin Dios. En ellos hay un iluminismo que les hace sentir que no necesitan nada más. Han sido llamados y actúan con sus fuerzas. Deben ser ellos quienes dirijan el porvenir de los países: «preparar a una aristocracia del espíritu que debe conducir y gobernar a España (o el país en que se encuentren)».
Desde esta óptica de la superioridad que – piensan – les otorga Dios, no hay autoridad, civil ni religiosa, con potestad para moderar su trabajo. Tal vez su problema sea que no han comprendido que fue la Iglesia y no El Yunque el instrumento que Cristo dio al mundo para instaurar en él su reinado.
No se puede pretender sustituir a la Iglesia, pues sería como sustituir a Cristo, deshaciendo lo que Él hizo para montar una iglesia a medida, que no sería la suya. Quien se instituye en “falso profeta” está fuera de la Iglesia Católica. Los miembros de El Yunque sólo instaurarán el reinado de sus miembros. No el de Cristo.
Si la asociación en la que colabora le envía mails recordando todo el tiempo los “éxitos” conseguidos, sospeche de ellos. Si nos contacta, le confirmaremos si son o no de El Yunque.
Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.