La capacidad de las personas es limitada. No tenemos energías infinitas y los días solo tienen 24 horas y algunas hay que dedicarlas a reponer fuerzas. Parece obvio ¿verdad? Sin embargo hay que tenerlo presente a la hora de escoger a qué dedicar el tiempo.
Desde las asociaciones pantalla El Yunque se ofrece una manera cómoda de colaborar. Parece que hacer el bien es fácil, que todo el tiempo empleado da frutos. Siendo así, ¿por qué no dedicarles más tiempo?, ¿o dinero? A simple vista, ¿cuál es el problema?
El problema es muy simple. Si se dedica tiempo y dinero a las asociaciones pantalla de El Yunque, dado que son recursos limitados, no se destinarán a otros fines. Nuevamente podríamos preguntarnos cuál es el problema.
Dice la sabiduría popular que quien mucho abarca poco aprieta, y no le falta razón. Es difícil pretender al mismo tiempo objetivos tan dispares como mantener una sociedad secreta; intentar construir una teocracia impositiva y lograr aquello para lo que piden colaboración.
Además de los problemas particulares que presentan sus diferentes objetivos -que no trataremos en esta entrada- hay que tener en cuenta que la dispersión de metas hace ineficiente el esfuerzo dedicado.
No cabe duda de que El Yunque sabe cuidar la imagen de sus tapaderas, pero no por ello logra los objetivos para los que pide ayuda. Más aún -por su naturaleza- crea confrontación, rompe puentes y construye muros. Hace más difícil avanzar por medio del diálogo y radicaliza a quienes se pide que cedan.
De esta manera, el tiempo, dinero e ilusiones que muchas personas con buena voluntad les confían se vuelve estéril. Así, quien colabora con ellos malgasta energías inútilmente.
Por ello, desde Conozca El Yunque animamos a construir una sociedad mejor desde aquellas organizaciones transparentes que defienden lo que proclaman y sus objetivos son únicamente aquellos para los que piden ayuda.
Entre unos y ceros. Apasionado de la comunicación, el marketing digital y la programación; de la montaña y el ciclismo -si van de la mano, mejor-. Cubrí el último Cónclave.